El teórico del Juego y
desarrollo social.
Lev Vigotsky
Lev Semiónovich
Vygotsky (en ruso
Лев Семёнович Выготский) (17
de noviembre de 1896,
Orsha, Imperio
Ruso, actualmente Bielorrusia
– 11 de junio
de 1934, Moscú,
Unión
Soviética) o
Lev Vygotski (según la traducción del
cirílico del
original) fue un psicólogo
ruso de origen judío,
uno de los más destacados teóricos de la
psicología
del desarrollo, fundador de la
psicología
histórico-cultural y claro precursor de la
neuropsicología
soviética, de la que sería máximo exponente el médico ruso
Alexander
Luria. Su obra fue descubierta y divulgada por los medios
académicos del mundo occidental en la década
de 1960.
El carácter prolífico de su obra y su temprano fallecimiento
hicieron que se lo conozca como "el Mozart
de la psicología"
(caracterización creada por Stephen
Toulmin). La idea fundamental de su obra es la de que el
desarrollo de los humanos únicamente puede explicarse en términos
de
interacción
social. El desarrollo consiste en la interiorización de
instrumentos culturales (como el
lenguaje)
que inicialmente no nos pertenecen, sino que pertenecen al grupo
humano en el que nacemos, el cual nos transmite los productos
culturales a través de la
interacción
social. El "Otro",
pues, tiene un papel preponderante en la teoría de Vygotski.
Su trabajo
En los textos de Vygotski se encuentran presentes varios conceptos
de especial relevancia que constituyen sus posiciones teóricas,
tales como
herramientas psicológicas, mediación e
internalización. Uno de los más importantes conceptos sobre el
cual trabajó y al cual dio nombre es el conocido como
zona
de desarrollo próximo, el cual se engloba dentro de su teoría
sobre el aprendizaje como camino hacia el desarrollo. Por otra parte,
su trabajo contempló a lo largo de su vida otros temas, como:
el origen y el desarrollo de las
funciones mentales superiores
la filosofía de la ciencia
metodologías de la investigación
psicológica
la relación entre el aprendizaje
y el desarrollo humano
la formación conceptual
la relación entre el lenguaje y
el pensamiento
la psicología del arte
el juego entendido como un
fenómeno psicológico
el estudio de los trastornos del
aprendizaje
- el desarrollo humano anormal (rama que era denominada
defectología)
Vygotski señalaba que la inteligencia se desarrolla gracias a
ciertos instrumentos o herramientas psicológicas que el/la niño/a
encuentra en su medio ambiente (entorno), entre los que el
lenguaje
se considera la herramienta fundamental. Estas herramientas amplían
las habilidades mentales como la atención, memoria, concentración,
etc. De esta manera, la actividad práctica en la que se involucra
el/la niño/a sería
interiorizada en actividades mentales
cada vez más complejas gracias a las palabras, fuente de la
formación conceptual. La carencia de dichas herramientas influye
directamente en el nivel de pensamiento abstracto que el niño pueda
alcanzar.
El
proceso de interiorización
Es de especial importancia, para entender el desarrollo de las
funciones psicológicas superiores, el fenómeno psíquico de
«internalización» del sujeto, cuyo proceso de autoformación se
constituye a partir de la apropiación gradual y progresiva de una
gran diversidad de operaciones de carácter socio–psicológico,
conformado a partir de las interrelaciones sociales y en general de
mediación
cultural. En esta dinámica de operaciones, la cultura se va
apropiando del mismo sujeto.
Este permanente proceso de internalización cultural, científica,
tecnológica, valorativa, etc., revoluciona y reorganiza
continuamente la actividad psicológica de los sujetos sociales; la
internalización que se manifiesta en un progresivo control,
regulación y dominio de sí mismo, conducta que se evidencia en el
ámbito sociocultural.
Este origen social y cultural de la conducta individual y
colectiva del sujeto es sólo un ejemplo de la importancia que el
fenómeno de internalización de normas, valores, etc., representa
para la preservación, desarrollo y evolución de la sociedad y al
cual Vygotski define como la «
ley de la doble formación» o
«
ley genética general del desarrollo cultural».
Esta ley consiste en que «...en el desarrollo cultural del niño,
toda función aparece dos veces: a nivel social, y más tarde, a
nivel individual. Primero (entre) personas (
ínterpsicológica)
y, después, en el (interior) del niño (
intrapsicológica).
Esto puede aplicarse igualmente a la atención voluntaria, a la
memoria lógica y a la formación de conceptos. Todas las funciones
psicológicas se originan como relaciones entre seres humanos».
En este proceso de internalización, no hay que olvidar el papel
fundamental que desempeñan los «
instrumentos de mediación»,
que son creados y proporcionados por el medio sociocultural. El más
importante de ellos, desde la perspectiva de su teoría, es el
lenguaje (oral, escrito y el pensamiento).
Por
internalización
se entiende al proceso que implica la transformación de fenómenos
sociales en fenómenos psicológicos, a través del uso de
herramientas y signos. Esta serie de transformaciones psíquicas se
sintetizan de la siguiente forma:
una operación que inicialmente
representa una actividad externa, se construye y comienza a suceder
interiormente;
un proceso interpersonal queda
transformado en otro de carácter intrapersonal;
- la transformación de un proceso interpersonal en un proceso
intrapersonal, es el resultado de una prolongada serie de sucesos
evolutivos.
Vygotski consideraba que la internalización hace referencia a un
proceso de autoconstrucción y reconstrucción psíquica, a una serie
de transformaciones progresivas internas, originadas en operaciones o
actividades de orden externo, mediadas por signos y herramientas
socialmente construidas.
El desarrollo de este fenómeno de internalización se presenta en
una primera etapa cuando el sujeto, a partir de su nacimiento,
interactúa con sus congéneres en un medio familiar y escolar
sociocultural específico. Experiencias que paulatinamente se van
transformando en procesos mentales.
Este proceso de internalización es comparable al trabajo de
María
Montessori, cuando llamaba la mente del niño de 0 a 6 años
mente
absorbente y la comparaba con una impresión fotográfica en
la que la mente
absorbe el ambiente, las costumbres, las
reglas sociales, el lenguaje, la cultura de su tiempo y lugar. Véase
el libro
La mente absorbente o
El niño: El secreto de la
infancia.
La originalidad de este planteamiento, fundamentado en una
concepción integral del individuo y de las complejas relaciones
sociales, supera los esquemas parciales presentados por el
conductismo y
la
Gestalt,
al formular Vygotski la existencia de una vinculación inherente
entre el plano ínterpsicológico (social) y el plano
intrapsicológico (individual), su relación con los procesos de
interiorización y el dominio de los instrumentos de mediación.
Esta doble relación hace énfasis en la importancia del medio
sociocultural y de los instrumentos de mediación para la
autoformación y evolución de los procesos psicológicos superiores
(el
pensamiento,
la
capacidad
de análisis–síntesis, la
argumentación,
la
reflexión
o la
abstracción,
entre otros).
La transformación de un proceso interpersonal en un proceso
intrapersonal es el resultado de una larga serie de sucesos
evolutivos y de apropiación de la cultura que, paulatinamente, van
orientando la conducta individual y comunitaria que se manifiesta en
acciones en el medio sociocultural circundante.
Este proceso es representativo de la proyección teórica
dialéctica vigotskiana. En tanto que es
dialéctica,
se inicia en la sociedad y retorna a ella, pero en un nivel superior.
Al respecto, Vygotski afirma: «...la internalización de las
actividades socialmente originadas e históricamente desarrolladas es
el rasgo distintivo de la psicología humana. La base del salto de la
psicología animal a la humana.»
De este análisis es posible inferir que el fenómeno de
internalización es un proceso totalmente distinto a la reproducción
o copia psíquica de la realidad externa, y que, según Leóntiev
(discípulo y amigo cercano de Vygotski), «los procesos de
internalización no consisten en la transferencia de una actividad
externa a un plano interno preexistente, sino que son procesos
mediante los cuales este plano se transforma.»
En síntesis, en el marco de la teoría vigotskiana los procesos
de interiorización son creadores de la personalidad, de la
conciencia individual y social. Son procesos fundamentales para el
desarrollo de los procesos psicológicos superiores en el que
participan los instrumentos de mediación, especialmente el lenguaje.
La internalización es el precursor de nuevas funciones
interpsicológicas. Es la génesis de la «
zona
de desarrollo próximo».
Por lo tanto, no es una simple copia o reflejo interno de la
realidad externa, no es un mecanismo de recepción de experiencias
del sujeto en su relación con la naturaleza y la sociedad, no es una
transformación mecánica de
algo externo en interno.
El proceso psíquico de internalización implica que una
experiencia social (el lenguaje social cotidiano del niño a nivel
preescolar o escolarizado) paulatinamente se va transformando en
lenguaje de usos intelectuales (el socio-lenguaje cotidiano del niño
se va transformando en pensamientos), y tiene como etapa intermedia
el
lenguaje
egocéntrico. En la medida de este perfeccionamiento, el
sujeto va desarrollando su autonomía o independencia con los objetos
reales, concretos, que comienzan a manifestarse mentalmente en su
aspecto abstracto.
En esta última fase de la internalización, en el ejemplo del
lenguaje y del pensamiento, el niño tiene la posibilidad de hacer
generalizaciones de una palabra o concepto y, cuando lo logra, el
lenguaje se ha sido interiorizado debido a que ahora su función ha
sido modificada.
Psicología
del juego
De Vygotski es menos conocida
la investigación sobre el juego y los juegos de los niños, en tanto
fenómeno psicológico y por su papel en el desarrollo. Mediante el
juego, los niños elaboran significado (
meaning) abstracto,
separado de los objetos del mundo, lo cual supone una característica
crítica en el desarrollo de las funciones mentales superiores.
El famoso ejemplo que da Vygotski es el de un niño que quiere
cabalgar sobre un caballo y no puede. Si el niño tuviera menos de
tres años podría quizá llorar y enfadarse pero, alrededor de los
tres, la relación del niño con el mundo cambia: "por lo tanto,
el juego es tal que su explicación debe siempre ser que la de que
supone la realización ilusoria, imaginaria, de deseos irrealizables.
La imaginación es una formación nueva, que no está presente en la
conciencia del niño verdaderamente inmaduro, que está totalmente
ausente en animales y que representa una forma específicamente
humana de actividad consciente. Como todas las funciones de la
conciencia, originalmente surge de la acción." (Vygotski, 1978)
El niño desea cabalgar un caballo pero no puede, así que toma
una vara y se monta a horcajadas en él, y pretende entonces que está
cabalgando. La vara es un "pivote". "La acción
ajustada a reglas (
rules) comienza siendo determinada por
ideas, no por objetos(...) Es muy difícil para un niño recortar un
pensamiento (el significado de una palabra) desde un objeto. El juego
es una etapa de transición en esta dirección. En el momento crítico
en que una vara —esto es, un objeto— se convierte en pivote para
extraer el significado del caballo desde un caballo real, se altera
radicalmente una de las estructuras psicológicas básicas que
determina la relación del niño con la realidad."
A medida que crece el niño, su dependencia respecto a pivotes
tales como varas, muñecas u otros juguetes disminuye. Han
"internalizado" esos pivotes en tanto imaginación y
conceptos abstractos a través de los cuales entienden el mundo. "El
viejo adagio de que el juego del niño es imaginación en acción
puede invertirse: podemos decir que la imaginación en adolescentes y
en infantes es juego sin acción." (Vygotski, 1978).
Otro aspecto del juego al que Vygotski se refirió fue el
desarrollo de reglas sociales que ocurre, por ejemplo, cuando el niño
juega a "casas" y adopta los papeles de los diferentes
miembros de la familia. Vygotski cita un ejemplo de dos hermanas que
jugaban a ser hermanas. Las reglas del comportamiento en la relación
entre ellas, reglas que en la vida diaria solían pasar
desapercibidas, eran adquiridas conscientemente mediante el juego.
Los niños adquieren así reglas sociales, y también lo que ahora
denominamos
auto-regulación,
autocontrol. Por ejemplo, cuando una niña se encuentra en la línea
de partida de una carrera de velocidad, bien pudiera ser que
estuviera deseando salir corriendo inmediatamente, de modo tal que
pudiera ser la primera en llegar a la línea de meta, pero el hecho
de conocer ya las reglas sociales que rodean al juego y el estar
deseando disfrutar del mismo le permiten regular su impulso inicial y
esperar la señal de partida.